Guillermo y yo nos regalamos 3 horas de absoluta felicidad = el y yo en la librería, sin ninguna chiquita que cuidar!!!
La bola es encantadora en todos lados menos en las librerías.
El tiempo se nos fué volando!
Hacía meses que nos moríamos de ganas de buscar por los anaqueles, hojear todas las revistas, hacer anotaciones, tomarnos un cafecito.
Nada de libros de animales de la granja, nada de corretizas por los pasillos, nada de lágrimas ni mocos.
Como dije: felicidad total.
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