El plan

Lo primero que hice cuando regresé del hospital con la bolita fue pasar una noche maravillosa. Ella seguía, yo supongo, exhausta y durmió plácidamente despertándose solo para comer cada 3 horas. De cuento de hadas!! La segunda noche fue otra historia. Para empezar, Guillermo y yo nos pusimos a ver la segunda temporada de friends y yo con mi bolita acostadita en mi pecho tooooooooda la tarde, tan dulce, con su olorcito de bebe recién nacido y sus deditos calientitos. Cuando llego la hora de ponerla en la cuna, que fue no cuando ella se comenzó a dormir, sino 2 horas después, cuando se terminó nuestro programa y a Guillermo y a mi nos pareció conveniente, que la lindísima Cecilia nos dejó saber durante TODA LA NOCHE que ella prefería mi pecho y mis brazos, que su cunita!! Y lloro y lloro y lloro. Nosotros nos levantamos mil veces, la cargamos y tratamos de arrullarla (segundo error); le pusimos su chupón diez mil veces (tercer error); ME LA LLEVE A MI CAMA dos veces (cuarto error) y con toda la inexperiencia a cuestas nos dieron las 8 de la mañana. Que horror!! Así que nos pusimos a diseñar un plan.
Para empezar: no chupón a la hora de dormir. Segundo: la bolita se duerme en su cuna (punto), ni en mis brazos, ni en mi pecho, ni en el de Guillermo por más que queramos. Tercero: mientras que esté limpia del pañal, sin hambre y segura, si quiere llorar, que llore. Claro que una cosa es diseñar el plan y otra muy diferente seguirlo. Me ha costado mucho más de lo que me imagine dejarla llorar, tengo que salirme de la habitación, cerrar la puerta y ocuparme en otra cosa, mientras Guillermo le echa un ojito, porque yo definitivamente no puedo. Ahorita por ejemplo, aproveché para hacer esta entrada. He tratado de boicotear el plan un par de veces. Guillermo no me ha dejado, bendito sea. Me tomo un tecito de manzanilla y pienso que la estamos enseñando a dormir de forma independiente, habilidad que va a necesitar por el resto de su vida. Y cuando haya aprendido entonces si. Pasaremos horas enteras haciéndonos piojito abrazadas la una de la otra todo el tiempo que queramos.