Toronto

Mi mamá vive en Toronto. Los que han tenido la suerte de estar ahí no me dejaran mentir, Toronto es una ciudad hermosa. La arquitectura es bella, la heterogeneidad de la cultura es fascinante, la vista al down-town desde el lago Ontario te quita la respiración, subir a la CN Tower te hace mariposas en la pancita y qué decir de la cantidad de opciones para disfrutar de una maravillosa comida griega o china, turca, japonesa, mexicana, cubana, francesa, italiana, coreana, hindú, o el clasiquísimo hot-dog estilo NY afuera de la estación de metro Bloor/Yonge dependiendo de tu antojo!! Es verdaderamente un encanto. Mientras no sea invierno, claro! Y planea muy bien tu visita porque el invierno en Toronto empieza como a finales de Septiembre y termina a mediados de Junio del año siguiente, si bien les va. Entonces toda la ciudad de vuelve un asco de nieve sucia, gente enfurruñada vestida de negro y sin el más minino modal, porque no importa quién está adelante de ti en la fila, lo único que quieres es entrar a algún lugar con calefacción para salir del contacto con el torturante ventarrón de menos 35 grados centígrados –siento mucho empujarla y patearla, venerable anciana, pero se me congelan las orejas y ya no siento los deditos del pie izquierdo, sea tan amable de quitarse del camino-. Increíble Toronto. Pues mi mamá, como les decía, vive ahí desde hace muchos años y ya no aguanta ni un invierno mas. Esta contando los días para poder venirse a Charlotte a fungir sus funciones de abuela y librarse de una vez por todas del maldito frio, pero para eso necesita haber un nietecito no?. Esa es mi tarea.
Y mientras lo del nietecito se hace realidad, pensé que sería bueno invitarla para fin de año. Quiero que conozca mi nueva casa y me ayude a decorar la sala y mi recamara que dan pena de lo simple que estan desde que nos mudamos. Además de que si este tercer intento tampoco resulta, voy a necesitar mucho de sus abrazos. La llame en la mañana y va a checar su agenda. Ojala que pueda.